The Beginning

Yo era el típico estereotipo de mujer moderna del nuevo milenio que las hace todas: trabaja, estudia y se ocupa de la casa como puede.

En ese entonces mi existencia giraba en torno a esas tres actividades, y mi vida personal era muy escasa por no decir prácticamente nula.

Por decisión personal y luego de hablar el tema con mi pareja, decidí volverme un ama de casa. Ser ama de casa es una misión llena de responsabilidades y sinsabores... se debe ser abnegada (abnegada: negarse a sí misma) puesto que nadie más reconocerá el trabajo que se hace día a día. Quizás el único ser que sepa de qué corno estamos hablando es otra ama de casa.

Antes pensaba que el trabajar en proyectos o licitaciones era algo arduo, pero no le llega ni a los talones a esto... Es el trabajo más duro que me ha tocado hacer en toda mi vida (27años, de los cuales 10 de ellos los he trabajado); así que eso de que las amas de casa se van abanicando por la vida, es una falsedad absoluta.

Quizás para las de mayores recursos que tienen ama de llaves y nannys la vida sea fácil,  pero para las del montón es una lucha diaria. No se tienen horarios, tampoco vacaciones, ni pensar en aportes de AFP, ni beneficios, no puedes quejarte con un sindicato y menos aún, pensemos en un salario. A muchos se les olvida que a pesar de no ser remunerado es un trabajo. Un trabajo silencioso y silenciado, pero trabajo al fin.

Además del día a día, me he enfrentado a otro detalle que no deja de ser menor: la discriminación. Sí, discriminación de mis ex-colegas, como si el querer ser ama de casa fuera una traición máxima a las raíces de la existencia femenina. Comentarios como "estás completamente loca" o "te estás perdiendo" se han vuelto por decirlo de alguna manera, comunes. Sutilmente en las conversaciones dan a entender que alquien que elige este camino lo hace porque se tiene miedo a enfrentar la vida moderna, porque se es débil, etc... Hay muchos otros que peor aún piensan que alguien es ama de casa porque es tonta y el cerebro no le dió para más.

En eso discrepo de sobremanera puesto que la cantidad y tipos de tarea que deben realizarse son tan variadas y de distinto matiz que está claro que muchos no darían abastos y quedarían automáticamente descalificados; además si cada una de estas tareas se tomara como un empleo remunerado, cada ama de casa haría una factura por cobrar para nada menor. Trato de pensar en ello para auto-valorarme en medio de una sociedad que sólo valora el éxito público, la capacidad de ganar dinero y de competir profesionalmente.

Pero ya me embarqué en este viaje, así que no queda más que tratar de hacerlo de la mejor manera.

Mis intenciones para con este blog es ir plasmando situaciones cotidianas y quizás si se puede, publicar ayuditas y consejos para ese marrrr de cosas que debemos enfrentar.

¡VAMOS QUE SE PUEDE!